28/3/08

¿Qué hago aquí?

Ya han pasado unos cinco meses desde que entré en esta minúscula habitación por primera vez. Recluido. Secuestrado.

No entra luz natural, tan solo una bombilla de bajo consumo que se apaga y enchufa a unas horas determinadas, por esto tengo algo de noción del paso del tiempo, el aire que respiro entra gracias a un conducto que deben de haber habilitado mis captores. La habitación no tendrá más de dos metros cuadrados, y solo tengo lo básico: un colchón en el suelo con una pequeña almohada; un cubo para hacer mis necesidades, que cogen cada dos días; un rollo de papel; y gracias a Dios me dieron un libreta de propaganda y un lápiz para entretenerme (gracias a ella puedo sentirme libre, quien sabe si algún día me liberan y edito un libro con lo escrito). Hay una pila de revistas de hace años, pero ya me las he leído 30 veces cada una.


La comida que me dan no está mal, aunque más de una vez está fría, pero bueno ya es bastante que me alimenten decentemente. Con ella siempre una pequeña jarra llena de agua. Y me han dado algo de ropa, seguro que de la parroquia je je je.

No sé por qué estoy aquí. Una tarde me fui a correr como hacia todos los días y cuando iba a entrar al Parque de la Constitución note como alguien me tapaba la boca y que entre dos individuos me subían a una furgoneta con las lunas tintadas. No vi a ninguno, iban con pasamontañas. Me ataron a uno de los asientos de la parte de detrás, tapándome también los ojos. Tan solo escuche una cosa, de delante vino una voz que me dijo:

A partir de ahora eres nuestra moneda de cambio para conseguir la libertad de nuestros compañeros que están en la cárcel de San Agustín.

[..]

En aquella cárcel sólo había políticos corruptos, después de tantos años al fin había un gobierno democrático que hacía honor a su definición, formado por jóvenes insatisfechos con los años y años tirados por ineptos, y con el llegaron las detenciones masivas de políticos corruptos.

No sé porque les interesaba mi persona, tan solo soy un escritor mediocre con un best seller en las librerías… (aaah que recuerdos de cuando lo escribía, “Diálogos con un árbol” sin duda mi mejor creación) Maldita la hora en que lo publiqué, ahora seguiría escribiendo mi columna de humor el periódico de mi ciudad, cerca de mis seres queridos, y de mi amada cerveza (Daría muchas cosas ahora por volver a saborear una cerveza).

[…]

Pasó un largo rato hasta que se detuvo la furgoneta. Habíamos recorrido el final del trayecto por algún camino, ya que la furgoneta iba a trompicones. Me desataron y fueron empujándome. Estábamos cerca de civilización, ya que se oía el sonido de los coches y de alguna obra cercana. Oí el sonido de llaves abriendo una puerta, continuaron con los empujones, y baje a tientas unas escaleras, volvieron a abrir otra puerta y me empujaron dentro.

Me quité las vendas de boca y ojos, y vi el paisaje que me ha acompañado durante todo este tiempo.

La verdad, pese a ser lo más parecido a un infierno que he vivido nunca, me acostumbré a esa rutina. Para matar el tiempo escribía en mi diario, redactaba pequeños cuentos, hacía algo de gimnasia y caminaba de un lado a otro para no atrofiarme.

Si los cálculos no me fallaban era sábado. Echaba de menos mi vida.

¡¡¡BOOOOOOOOOOOOOOOOOM!!!

Me desperté, conmocionado… Me encontraba debajo del colchón, con varias piedras a mí alrededor por donde se colaban rayos de luz solar… ¡Al fin!... Debió de ser una explosión. Y creo que me salvé gracias a que dejaba el colchón a un lado apoyado en la pared para sentir que la habitación era más grande. Estaba aturdido, pero reaccioné, era el momento ideal para escapar de mi reclusión. Comencé a apartar piedras. El zulo en el que me encontraba debía de estar a un lado de la casa, ya que tenía pocas piedras encima de mí, esta fue otra de las razones por las que me salvé. En poco tiempo me encontraba fuera. La luz me cegaba, con los ojos entreabierto vi que a mi izquierda estaba la casa totalmente derruida, no se había nadie más. Busque alrededor de esta por si había algún vehículo para escapar rápido de allí, pero nada, tendría que ir corriendo.

La casa estaba en una montaña, abajo había un pequeño pueblo, así que me dispuse a llegar a el para estar a salvo.

Me costaba caminar, todavía estaba algo aturdido de aquella explosión. Era una carretera local, sin línea divisoria. Comencé a bajar por el arcén natural de mi izquierda, no parecía que soportase mucho tráfico. No llevaba ni cinco minutos caminando, cuando observe que donde parecía que comenzaba, subía un coche blanco, me asuste, podía ser alguno de ellos, por lo que rápidamente me escondí entre unos matorrales que habían al lado de la carretera. Por suerte pasó de largo.

Comenzaba a anochecer, mis fuerzas se iban agotando, ya quedaba poco. Llegue al cartel que anunciaba el pueblo al que iba a llegar:

BIENVENIDOS/AS A:

EL PINAR DE NUESTRA SEÑORA

Me quedé sorprendido, allí había estado hace más de diez años, estaba a unos 80 kilómetros de mi casa, pero al parecer había cambiado mucho, y sobre todo, se había expandido. Había tenido suerte, conocía a varias personas, entre ellas Marta, una antigua novia. Nos tuvimos que separar cuando se marchó a estudiar la carrera a Alemania. Nos queríamos mucho, y éramos muy similares, pero bueno, las circunstancias de la vida no nos acompañaron.

Llegué al pueblo, en una pared de un edificio en obras vi un cartel:

Los Elfos Oscuros en Concierto, Sábado 30 de Abril de 2012. A las 22h.

En la Plaza del Carmen. Gratuito, organizado por el Excelentísimo Ayuntamiento de El Pinar de Nuestra Señora.

Era un grupo que nos gustaba mucho a Marta y a mí. Recé al cielo para que hoy fuese 30 de Abril. Miré en el reloj que había debajo del cartel publicitario.

21:30 // 15º // 30-04

Después de tanto tiempo de mala suerte, al fin la diosa fortuna me sonreía. Aún tenía 30 minutos para llegar a aquella plaza que tantos botellones nos vio hacer. No estaba lejos, así que solo necesité diez.

Ya había gente cerveza en mano disfrutando de la noche, ni pensaba en buscar ayuda, solo tenía en mi cabeza el rostro de aquella jovencita de cabellos oscuros que nunca supe borrar de mi interior.

Comencé a dar vueltas entre el gentío, no le encontraba, tropecé con alguien. Era una chica, nos quedamos mirando…

¿Gorka?

¿Marta?

Nos fundimos en un abrazo mientras las lágrimas caían en el hombro del otro…


[to be continued…]

16/3/08

Aquella vieja mansión abandonada

Llevábamos un rato corriendo sin parar por el bosque. Aquel siniestro personaje no dejaba de perseguirnos, y no sabíamos como despistarle. Cada vez Nube y yo estábamos más cansados, teníamos que encontrar algún sitio para escondernos o nos daría caza. Estábamos llenos de arañazos de correr entre las zarzas, mi brazo sangraba un poco después de no poder esquivar una rama cuando quisimos cambiar de dirección.

Miré hacia detrás, no se le veía, así que paramos para recuperar el aliento. Nube se sentó en una piedra, yo me quedé de pie respirando profundamente. Mis ojos se quedaron fijos en un matorral, detrás había un viejo tronco desnudo, yacía muerto en el mismo sitio donde nació, hueco en su interior, sin vida. Me acerqué, retiré el matorral y observe que esa podía ser nuestra salvación. Cogí la mano de Nube, atravesamos el matorral, intentando no abrir sus ramas demasiado para que no se notase que alguien había pasado por encima, y agachándonos, nos metimos en aquella pequeña cueva de madera. Al entrar con facilidad noté que aquello era muy profundo, así que saqué la linterna que llevaba en la mochila…

¡Aquello no era un simple hueco!

El hueco seguía y seguía hasta más allá de lo que podía alumbrar mi pequeña linterna y hasta podíamos permanecer en pie, ya que era la suficientemente alto.

- Oye, ¿Disimulamos la entrada con unas pocas hojas y nos adentramos para ver hasta dónde llega esto? – le dije a Nube.

- Tiene muy buena pinta esto, igual no salimos de aquí je je je –dio un pequeño suspiro y continuó hablando- Con tal de perder de vista a “aquello” hago lo que sea.

Cogimos unas pocas hojas y tapamos un poco la entrada de aquella especie de túnel que habíamos encontrado. Era genial, como sacado de un cuento de fantasía, seguíamos caminando y el túnel no acababa, nos mirábamos maravillados de lo que habíamos encontrado. Entonces Nube me cogió del brazo, me giró, y me dijo:

- Gorka, he pasado mucho miedo – Dijo mientras una lágrima comenzaba a surcar sus mejillas.

- Ya pasó todo cariño –nos fundimos en un abrazo- ahora disfrutemos del nuevo mundo que hemos encontrado.

Me dio un beso en los labios, cogió mi mano y seguimos caminando.

Allí dentro tan solo estaba el tronco, hasta que unos minutos después, comenzaron a acompañarnos flores de miles de colores en las paredes, adornando el lineal decorado de aquel interior. No sabía cómo podían crecer allí dentro sin la luz solar…

Luz……..

Nos miramos… sonreímos.

- Parece que vamos a salir de nuevo- dije deseoso de conocer lo que nos iba a deparar nuestra salida al exterior de aquel pasaje.



Llegamos a lo que parecía la salida. Pero era pequeña y estrecha por lo que tuvimos que agacharnos un poco para salir, asomé la cabeza y salía a un pequeño camino de piedras, seguíamos en el bosque, pero había cambiado la vegetación, el paisaje era más tupido y el musgo cubría gran parte de los troncos de los arboles. Seguí el camino con la vista y me quede perplejo. Había una vieja mansión, parecía abandonada. Estaba cubierta en gran parte de hojas de enredadera de un verde profundo y por ramas de los arboles colindantes. Tan solo se veían viejas ventanas de madera y la puerta, un portón sobrio con un picaporte oxidado. Estaba entreabierta, con una cortina natural, que por el abandono, había tapado algo la entrada.

Salimos de allí, Nube se quedó parada y me dijo:

- - Gorka, esto es un sueño… Es precioso, parece sacado de cualquiera de mis libros.

- - El abandono de esa vieja mansión le ha dado un toque onírico digno de cualquiera de los autores de tus libros. ¿Entramos?- respondi.

- - ¡¡¡¡¡¡¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!!

Fuimos avanzando hasta la entrada de aquella vieja mansión, la cantidad de vegetación que la cubría, dejaba claro que la casa hacia mucho que estaba abandonada. Comenzaba a hacerse de noche, por lo que si era posible, tendríamos que dormir allí.

Llegamos a la puerta, enfoqué dentro con mi linterna.

- - Nube, ¡Mira esto!

Se acercó, y una expresiva mueca de sorpresa cubrió su rostro.

Lla mansión formaba parte del bosque. Los árboles se habían colado por las ventanas, plantas de todo tipo constituían una colorida alfombra. El paso de los años había engullido aquella mansión, que antaño sería símbolo de una época de esplendor de una familia que por alguna razón se había deshecho de ella.

Entramos, y fuimos mirando todas las estancias de la planta baja, nadie había estado allí en mucho tiempo.

- - Vamos al piso de arriba, igual tenemos suerte y hay camas, aunque creo que hasta podríamos dormir sobre esta alfombra de plantas- le dije.

- - Calla, calla, ahora sólo me apetece abrazarte y descansar un poco y bien, asi que si hay un colchón mucho mejor- me respondió cansada pero con los ojos abiertos ante tanta nueva experiencia.

Cerramos la puerta de entrada y nos subimos al piso de arriba. Cuatro habitaciones estaban con las ventanas rotas por las ramas, los muebles carcomidos y con moho, al igual que los baños. Solo quedaba una habitación habitable, había una cama de matrimonio con telas encima, todo estaba intacto, parecía que para esa habitación no había pasado el tiempo…. Después de cómo había empezado el día la suerte estaba de nuestro lado ahora.

Había luna llena, y sus rayos entraban tímidamente entre las cortinas. Sentimos un leve golpeteo contra los cristales, estaba empezando a llover.

- - Gorka, vamos a dormir, no puedo más.

Quitamos el polvo a las telas y nos acosamos. Nube me dio un beso en la mejilla, me abrazó y cerró los ojos. Yo me quedé mirando al techo, pensando en cómo habíamos llegado allí, pero no conseguía recordar nada…

[to be continued]

9/3/08

¿Quién soy?




¿Quién soy?,

me miro al espejo

y veo una cadavérica imagen.

Tan solo un recuerdo lejano

de la bella mujer que fui.



Rostro desfigurado por el dolor

por la tristeza de no tenerte junto a mi.

Mis ojos segregan infinitas lágrimas

que se pierden en mi piel.


Tus cálidos brazos.

Esa mirada profunda.

Tus dulces labios.

Tu sonrisa.

Siempre fuiste mi droga,

la anestesia contra el dolor de la vida

lo único que me hacía continuar.


¿Y ahora?

¿Cómo voy a continuar?

Mis piernas ya no responden,

no puedo caminar,

y mis días pasan debajo de las sábanas…

Llorando por alguien que no volverá.


¿Por qué tuviste que desaparecer?

¿Quién eligió este destino?

¿Quién juega con mis sueños?

¡Que acabe con esta soledad!

Que me devuelva lo único que amé.

Que te haga regresar.


¡Oh, Dios maldito!

¡Acaba con tu ego!

Deja de llevarte a los inocentes.

El no tenía que morir.

Nuestro destino era pasar juntos la eternidad.

Y tú lo arrebataste de mis manos.


Oh, amado mío…

Dime que tan solo vivo una pesadilla.

Dime que al despertar.

Que cuando abra los ojos.

Estarás junto a mí.


No lo soporto más

Quiero estar contigo

Mis ojos se clavan en el duro suelo

Donde llegará mi triste final

Contengo la respiración

...y salto






















...Hola mi amor…

7/3/08

Muerte y Destrucción


Cuaderno de Bitácora - Día 1 –

Hoy comenzamos el gran viaje, el que la prensa califica como “El viaje sin retorno”. El Ministerio de Defensa nos ha encargado ir al rescate de una X-TR40 (Nave de reconocimiento) que vaga a la deriva por el universo, esta medianamente lejos de aquí, pero con la tecnología que tenemos hoy en día, podremos llegar en unos días si no hay contratiempos.

Han elegido bien, somos diez de los más experimentados guerreros que ha dado el planeta de Ghamp. Espero que mis premoniciones no sean ciertas, me temo que no ha sido algo fortuito y que nuestros colegas del Grupo Especial de Reconocimiento C-14 estén vagando sin rumbo por el universo, por algo relacionado con los piratas espaciales.

Bueno estoy cansado, ha sido un día muy ajetreado de entrevistas y reuniones, y mira que odio las dos, esos periodistas siempre buscando el morbo y las desgracias, sólo hacían que hablarnos de muerte y destrucción… Hoy no tengo guardia, así que voy a descansar un poco.

[…]

Cuaderno de Bitácora – Día 6 –

Cómo he reflejado en el diario, durante estos cinco días no ha sucedido nada relevante, tan solo nos acompaña como siempre esta maldita lluvia de meteoritos, “esta noche” o lo que por la hora debía serlo, durante mi guardia, hemos tenido unos problemillas con esos maldita basura espacial, pero hace unas horas que ya lo hemos reparado.

Nos acercamos a las coordenadas donde más o menos está vagando la C-14.

- -----------

- Capitán, Capitán!! – Gritaba Tarkin.

- - Te he dicho miles de veces que me llames Gorka, aquí somos todos iguales y nuestra vida vale lo mismo, a ver ¿Qué pasa para armar tanto alboroto?


-
El radar ha detectado lo que podría ser la nave de nuestros compañeros, estamos intentando ponernos en contacto con ellos, pero solo hay interferencias, la cercanía al planeta desierto de FGarg Z3 debe neutralizar las emisiones. Solo hemos podido oír “Aleluya”.

- ¿Pues a que esperamos? Hark, Prepare la nave para el acoplamiento con la C-14. Os quiero a todos con los trajes para trabajar en el exterior y con vuestras armas cargadas en 5 minutos aquí.

Las dos naves se acoplaron, y se abrieron las compuertas. Armados y equipados Gorka y su cuadrilla comenzaron a caminar por el puente que unía las dos naves (La nave del Capitán Gorka era una nave de rescate/ataque, hacia poco que las utilizaban, pero los resultados eran magníficos, eran muy maniobrables, veloces y con el mejor ataque de cuantas naves habían en el aire). Debíamos ir rápido, no me gusta estar mucho tiempo en ese puente cuando hay una maldita lluvia de meteoritos.

Se abrió la compuerta del lado de la C-14, el panorama era desolador, estaban todos nuestros colegas sentados o tirados en el suelo, con las caras descompuestas, la mayoría de máquinas estaban fuera de funcionamiento, además había un cierto olor pútrido en el ambiente, ahora lo veía, el bueno de Sand yacía muerto a un lado. Mientras le miraba alguien dijo:

- - Nos tuvimos que comer partes de Sand, no teníamos comida y no recibíamos noticias de nadie.

Se hizo el silencio, nadie respondió. Mientras, la compuerta del puente se cerró detrás de nosotros. Observé algo que no me cuadraba, ¿Por qué había sierras mecánicas? Esas anticuadas armas solo las utilizaban los macabros y nómadas habitantes de aquel planeta que ahora no recuerdo.

De repente, todos los tripulantes de la C-14 se levantaron (hasta Sand), cogieron sus sierras mecánicas, y habló Frank, o el que creíamos que era Frank:

- Ja, Ja, Ja!!! Habéis caído, todos vuestros compañeros están muertos, hemos ocupado sus cuerpos y ahora… VAIS A MORIR!

Cogimos nuestras armas con las dos manos, enfocando a los cuerpos de nuestros amigos.

- Quietos, si no queréis que una ráfaga de bellos rayos de plasma os reviente en miles de pedazos- les dije lleno de rabia.

- Tranquilo, Joven Gorka, vuestras armas no sirven para nada, tenemos un campo magnético que las inutiliza, estaba todo planeado, así que disponeos a morir.

Sonaron chirriantes las sierras mecánicas mientras se iban acercando a nosotros, algunos intentaban abrir inútilmente la puerta del puente. Ya estaban delante de nosotros, no podíamos escapar, nos defendíamos con las nuestros fusiles, ahora convertidos en inservibles palos que pronto destrozaron sus potentes sierras. Era nuestro final.

Comenzó una orgia de sangre y miembros amputados, me iba salpicando la sangre de mis compañeros, las vísceras inundaban el suelo, Serg fue el único que se había tomado la pastilla para el suicidio, pude destrozar la cara de uno de ellos a mazazos, dejándolo con convulsiones en el suelo. Siempre llevaba conmigo una katana, (había visto demasiadas películas de acción) y hoy, era su día especial, tiré a un lado el montón de cables y chapas en que se había convertido mi fusil. Y comencé mi lucha final.

Solo quedábamos tres, íbamos haciendo algo, el número de nuestros rivales también bajaba, aunque demasiado despacio para que pudiésemos sobrevivir. De los demás compartimentos comenzaron a salir extraños personajes decapitados, desmembrados… arrastrándose por la alfombra roja tejida con la sangre de mis compañeros.

Murió Johnny, ya solo quedábamos dos, pero un inoportuno resbalón, acabó con la vida de mi último compañero al caer sobre la sierra aún en marcha del su última víctima perdió un brazo mientras un asqueroso ser de difícil descripción le cortaba su yugular, con la consiguiente explosión de sangre.

Y ahí estaba yo, solo, contemplando la macabra escena, llena de amigos troceados, llena de momentos desmembrados por estos horribles seres. Cogí mi comunicador:

- Fer y Varno, soltad el puente y salid corriendo hacia casa, no preguntéis y hacedlo. Hasta siempre amigos. No quiero que digáis nada, tan solo hazme casa como un último favor.

En ese momento, vi como se alejaban, al menos ellos se iban a salvar. Solo me quedaba una opción de vengar a mis amigos. Gracias a mis conocimientos de mecánica espacial que había adquirido por libre, sabia donde estaba el generador de la C-14, tenía que llegar hasta el y destruirlo, y así morir llevándomelos conmigo.

Fui corriendo, saltando encima de los cadáveres de mis amigos, por encima de ese mar de vomitivo silencio, solo roto por el incesante crujir de la motosierra al cercenar huesos y carne.

…Clave mi katana en el generador…

Un placer luchar junto a ustedes.